martes, 1 de mayo de 2012

Marcha...

Camina, camina, camina, alto, de rodillas.
Piensa en eso y en aquello, piensa en todas las cosas que importan en ese momento.
En pie, camina, camina y siente dolor, pero no le da importancia, es un dolor físico.
Alto, silencio. Pues menos mal que no están en su mente.
Autómata, así se siente, va por ir, y los pies siguen un camino que sus pensamientos dejaron detrás hace mucho ya.
En pie, seguimos.
Y el dolor físico saca preguntas de donde antes había solo convicción.
Las dudas suman kilómetros de piernas cansadas, pero la esperanza sube tu espíritu a distancias incalculables y solo para que el dolor físico se quede en eso.
Alto, descansar, hasta ese punto ha llegado, si no se lo dicen no descansa.
Sale el sol y amaga una sonrisa.
En pie, nos abrimos, llega el momento.
A por ellos, a por ellos sin ninguna otra motivación que acabar con sus propias dudas.
Que el cansancio le devuelva los sueños que perdió.
Quizás, y solo quizás ese sea su destino.
Buscar en la desesperanza su nuevo comienzo.