sábado, 11 de agosto de 2012

Echar de menos...


 Te echo tanto de menos. Te echo de menos hasta el punto de causarme dolor físico.
Te busco en la noche para sentir el roce de tu piel y el calor que corre por tus venas, quiero estar en tus brazos y sentir que todo esta y estará siempre bien.
Al no encontrarte me falta el aliento y el corazón se me acelera. Te echo de menos y no puedo controlarlo.
Perdido es poco, desorientado no basta. Lo que me siento sin ti, es incompleto.

El hombre de la ventana...(I)


Ya no hay horas ni días, solo momentos que se van mientras abre y cierra los ojos. Momentos en la cama, en el sofá o mirando por la ventana... solo instantáneas grabadas a través de unos ojos llenos de lagrimas. Condenados a cerrarse y abrirse sin un fin claro, salvo cerrarse para siempre.
No es una persona, es un cuerpo carente de estímulos que deambula como un espectro sin apenas oír sus propios pasos. Hace mucho que perdió la capacidad de reconocerse en un espejo, su alma le abandonó y ahora solo espera encontrarla al final del camino.
Sale a la calle en esos momentos que reacciona y el sol no le obliga a cerrar los ojos. Sube la mirada y encuentra la Osa Mayor, Casiopea, y de allí a la estrella Polar. Una de las pocas cosas que siguen igual desde que comenzó a caer.
No recuerda desde cuando esta solo, olvidó la ultima vez que pronuncio una palabra, apenas recuerda su voz...

28/7/12


Ultima noche en el gravelado, van dos meses de misión y siento que van dos años. Recuerdo el primer día que vinimos a esta posición. El calor asfixiante, la cuesta imposible y la cuenta regresiva que empezaba. He cuidado esta posición con el resplandor de la luna llena y la oscuridad absoluta de la luna nueva.
Muchos ratos muertos, otros de tensión y gracias a Dios muchos de risas. Más amaneceres y atardeceres de los que puedo recordar y con solo una cosa en común, la nostalgia. Conciertos nocturnos al compás de ametralladoras e iluminadas con morteros. Conversaciones imposibles por radio y tristemente dos evacuaciones sanitarias en helicóptero. Horas de charlas filosóficas y otras tantas de los temas mas superficiales imaginables.
Se despierta en mi lo que parece un atisbo de melancolía.¿Cómo puedo echar de menos este lugar? Se acaba la primera fase pero todavía queda más de media misión. Espero que sigamos con la misma suerte...
… y que vosotros sigáis leyéndome.