Ultima noche en el gravelado, van dos
meses de misión y siento que van dos años. Recuerdo el primer día
que vinimos a esta posición. El calor asfixiante, la cuesta
imposible y la cuenta regresiva que empezaba. He cuidado esta
posición con el resplandor de la luna llena y la oscuridad absoluta
de la luna nueva.
Muchos ratos muertos, otros de tensión
y gracias a Dios muchos de risas. Más amaneceres y atardeceres de
los que puedo recordar y con solo una cosa en común, la nostalgia.
Conciertos nocturnos al compás de ametralladoras e iluminadas con
morteros. Conversaciones imposibles por radio y tristemente dos
evacuaciones sanitarias en helicóptero. Horas de charlas filosóficas
y otras tantas de los temas mas superficiales imaginables.
Se despierta en mi lo que parece un
atisbo de melancolía.¿Cómo puedo echar de menos este lugar? Se
acaba la primera fase pero todavía queda más de media misión.
Espero que sigamos con la misma suerte...
… y que vosotros sigáis leyéndome.
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