martes, 4 de octubre de 2016

Hoyuelos

 Hacía mucho tiempo que no visitaba la ciudad de los anillos. No le gustaba demasiado en verano, pero necesitaba perderse en sus calles, reencontrarse consigo mismo.

 No era capaz de recordar la última vez que la vio pero, puede ver con detalle su rostro con solo pensarlo.

 Fue una visita corta pero intensa. Él, disimulando lo mucho que la había echado de menos, ella, saboreando el momento. Se mordía la lengua para no decirle lo que sentía y aun así su cuerpo lo gritaba.

 Ella susurraba verdades y él no podía dejar de ver los hoyuelos que se le formaban al sonreír. No pensaba en otra cosa que tirar la mesa que los separaba para cogerla en brazos y besarla. Perdió la cuenta de las veces que lo había imaginado. ¿Cómo podía echar de menos algo que nunca había sucedido, que no era real? Ella lo ponía al día y él...intentaba escapar del compás que marcaban sus pestañas.

 Salieron del bar, ella y su vitalidad primero y él y su melancolía dos pasos por detrás. Había venido con la intención de perderse y fue lo que consiguió, cogió el camino lleno de curvas que iba de los tobillos a la cintura pasando por los muslos, y subía despacio por su espalda pero lo despistó un vientre que llamaba al pecado cuando ella se giró a despedirse.

 Se acercó para darle dos besos y la seguridad de que volverían a verse, aún perdido le dio un abrazo y sintió un escalofrío cuando sus manos lo apretaron contra ella. Se separaron lentamente sosteniendo la mirada, no hicieron falta palabras. Fue un beso lleno de pasión, ganas, lujuria y rabia contenida por el tiempo perdido.

 En ese momento ignoraban lo que decían pero estaban seguro de lo que callaban. ¿Era su comienzo?¿Fue su final feliz? No importaba... no necesitaba nombre.