lunes, 9 de enero de 2012

Grita


Que las estrellas se apaguen, que el sol explote, que la luna se acerque a la tierra y una marea gigantesca lo inunde todo. Que mil terremotos destruyan las ciudades y los fragmentos del sol caigan en forma de lluvia de fuego quemando todo lo existente.
Y allí, sentado entre las cenizas de lo que fue, mira al cielo y pregunta ¿Por qué?
El reflejo de la luna en unos escombros le descubre un espejo para darle la respuesta. Ve su rostro como hacia años que no se veía, tranquilo, relajado, en paz. Fue la ira contenida, la impotencia indescriptible, la desilusión acumulada lo que brotó de él para destruir el universo.
Esta destrucción fue el precio de su tranquilidad.

3 comentarios:

  1. ¡Joder! Y perdón por la vulgaridad de mi expresión. ¡Pero cuánta fuerza tienen esos sentimientos!

    ResponderEliminar
  2. Es triste que haya tenido que destruir el universo para conseguir la tranquilidad. Pero ya estoy mejor! XD BESOS MORENA!!!

    ResponderEliminar
  3. aguanta un segundo y respiraaa,
    la vidaaa, injusta es a veces la vidaaa...
    estamos que lo tiramos tó!!

    ResponderEliminar