martes, 10 de julio de 2012

6/7/12 (Mi trabajo)


Hay días y días.
Unos amo mi trabajo y otros me pregunto ¿qué hago aquí? Algunos son realmente asquerosos ya sea por el clima, el esfuerzo o simplemente por la comida.
Pero también hay otros geniales, después de una dura carrera, de un gran asalto, una fuerte instrucción o un salto paracaidista que me siento completo, satisfecho. Esos días son los que se me eriza la piel al uniformarme, disfruto preparando el equipo y me río de la autocompasión.
Se dice que los paracaidistas somos la punta de lanza del ejercito español. Somos unos pocos afortunados con algo en común, estamos un poco idos de la cabeza.
Nos gusta sufrir y llevarnos al limite, nos quejamos del trato tan duro pero al segundo día de descanso pedimos caña. Somos maquinas todoterrenos que nos estropeamos si nos tratan bien.
Aunque no tenemos que demostrar nada a nadie nos gusta ponernos a prueba¿por qué correr 16 km con equipo y mochila? Porque podemos! Si ser paracaidista fuera fácil lo harían otros.


“Por encima de todo esta la misión, el calor, el frío, el hambre, el sueño y el cansancio, para mi serán estimulantes” Ideario paracaidista.

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